En casi todas las esquinas y a lo largo de las calles de casi cualquier ciudad, podemos ver negocios, letreros y puestos que recitan sopes y garnachas, hamburguesas y pollo frito, helados y pasteles, dulces y golosinas, etc. en abundancia.
Esto es el mar de comida rápida al que estamos expuestos todos los días, y en donde muchas personas deciden nadar hasta ahogarse en opciones culinarias baratas, convenientes, atractivas y, generalmente, insalubres.
«No es que la comida rápida o las tiendas de barrio sean inherentemente malas. Pero cuando se convierten en la mayor parte de lo que los vecindarios puede depender para alimentarse, se convierten un problema. Vemos áreas inundadas con alimentos poco saludables», señaló Kristen Cooksey Stowers, profesora asistente de la Universidad de Connecticut (Estados Unidos) quien se especializa en equidad en salud y políticas públicas relacionadas con los alimentos.
Por ello, para que la gente logre cambiar esto en sus comunidades, aquí les mencionamos algunas estrategias para lograrlo:
- Lleva un refrigerio saludable. Una manzana, palitos de zanahoria o algunas nueces en el automóvil pueden evitar que quieras pedir comida rápida desde tu auto. Lleva algo contigo para que no tengas mucha hambre, pues cuando es así, comerás más.
- Ten cuidado con las ofertas y promociones. Cuando vemos promociones de comida rápida como que no escatimamos. Paquetes grandes a precio amigable, o compra uno y llévate otro gratis. Quizás esto a veces tenga sentido si vives con más personas, pero no si estás solo(a). En cualquier caso, mejor compra tus víveres y cocina sano en casa.
- Cuidado con las bebidas. Los refrescos azucarados y las bebidas de café llenas de sabores y crema pueden tener más calorías que un plato principal. La gente no lo ve como algo que están comiendo, sino como cualquier bebida para refrescarse o pasarse los alimentos.
- Presta atención a los extras. La mayonesa en una hamburguesa o sándwich añade calorías y grasa. En su lugar, pide más lechuga y jitomate. También lo hace la crema batida sobre el café. Prescindir de ellos es un pequeño paso, pero un muy buen primer paso.
- No te acostumbres a los negocios que cierran hasta tarde. Hay incluso marcas que intentan crear la cuarta comida del día con todas esas horas nocturnas. Sabes que eso es terrible para el cuerpo. Quédate con tus tres comidas y dos colaciones diarias.
- Haz un plan y apégate a él. Consulta el menú y elige opciones saludables, como ensaladas y pollo a la parrilla en lugar de pollo frito. Y si puedes usar la opción de pedir comida desde tu auto, mejor evítala, para que no te sientas tentado(a) al ver a todos comer hamburguesas y papas fritas con refrescos grandes. Las papas fritas están bien en ocasiones, pero compra las pequeñas o comparte un pedido con alguien.
- Solo di ‘vete’. Si puedes, sigue de largo. Permanece caminando, o en el autobús o transporte en el que vayas y mejor llega al supermercado, en lugar de detenerte por comida rápida de donde sea. Estas son cosas que la gente sabe. Simplemente tenemos que comer menos de las cosas que no son saludables.